El pasado jueves 13 octubre de 2022, los diputados de Vox entraban tarde en el Congreso de los Diputados, interrumpiendo deliberadamente al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en señal de protesta por el retraso de un minuto que éste tuvo durante el desfile militar del día anterior con motivo del Día de la Hispanidad. Se trata de la estrategia del ojo por ojo, estrategia de la crispación, de la escalada de tensión, y no de la búsqueda de soluciones o mejoras. Con estas acciones, se corre el riesgo de entrar en bucle y al final, quienes pierden, como siempre, son los ciudadanos, con unas instituciones deterioradas y unos políticos que no hacen más que crispar el ambiente.
Dicho esto, pasamos a analizar lo ocurrido el 12 de octubre, durante el desfile militar. Pedro Sánchez llegó tarde al evento, provocando que los Reyes tuvieran que esperar dentro del coche. Las reacciones a este retraso han sido variadas: hay personas que han quitado importancia a este hecho y otras que se han llevado las manos a la cabeza. Pero, desde el punto de vista de la comunicación no verbal, ¿qué podemos decir?
Nuestra directora, Sonia El Hakim, ha analizado la escena para Levante Televisión.
Lo primero que señala El Hakim es la necesidad de tener objetividad al analizar. A partir de los datos que tenemos, solo podemos lanzar hipótesis de las motivaciones, no podemos ser rotundos porque nos faltan datos.
Por otro lado, podemos darle más o menos importancia al hecho. Pero nadie puede decir que estuvo bien. Correcto no fue, por varios motivos:
- Protocolariamente hablando, no es correcto que el Jefe del Estado llegue antes que el Presidente del Gobierno.
- Si se trataba de una estrategia para evitar los abucheos e insultos, no fue eficaz: no solo no los evitó sino que le valió más críticas aún.
- Consideración hacia todas las personas que estaban esperando. Podemos decir que el que los reyes esperen un minuto no tiene importancia. Pero aquí se trata de la magnitud del efecto: no solo esperaron los reyes. Esperaron los miles de personas que estaban allí. En concreto, los 4.000 efectivos del ejército que llevaban allí ya mucho rato. Es una falta de respeto a todos, no al rey en concreto.
Andersen y Bowman definieron en 1999 el concepto de “Waiting Time”: quien espera, ostenta menos poder que el que es esperado, ya que su tiempo es menos valioso.
Pero Sonia El Hakim señala algo que, para ella, es incluso más interesante a nivel de análisis no verbal que el retraso evidente que todo el mundo observó:
Cuando Pedro Sánchez llegó donde se encontraban el resto de autoridades, su orientación corporal y su proxémica fueron reveladoras, y, a través de ellas, creó un nuevo grupo, en lugar de integrarse dentro del grupo del resto de autoridades.
Cambiando ya de escenario, durante el besamanos de la recepción posterior, observamos lo siguiente sobre el Presidente del Gobierno:
Por un lado, su apariencia es muy positiva, lo que puede generar un efecto halo. No obstante, el efecto halo, cuando pasan cosas como la de antes, se esfuma.
En cuanto al canal de la oculésica, comete un error importante que le resta liderazgo no verbal: mira al suelo hasta tres veces durante los pocos segundos que tarda en recorrer la sala desde la puerta hasta donde se encuentran los Reyes esperándole para saludarle.
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