Cómo detectar a un tramposo

En un artículo publicado en enero de 2021 en el Journal of Nonverbal Behavior (1), se describe el estudio realizado por un equipo de investigadores japoneses que se propuso investigar los procesos cognitivos y las claves no verbales que utilizamos en el día a día para detectar si un desconocido es más bien altruista o tramposo, y qué factores pueden facilitar o dificultar esa detección.

Entendemos altruismo como un comportamiento en el que priorizamos el bien de los demás, aunque sea a costa del nuestro propio, y llamamos tramposo a todo aquél que anteponga su propio interés a cambio de ocasionarnos un perjuicio. Se cree que los humanos hemos desarrollado mecanismos cognitivos de detección del altruismo como método para evitar los engaños sutiles, y varios estudios han demostrado ya que somos capaces de estimar correctamente los niveles de altruismo en los demás.

Los «tramposos» (las personas que hacen trampas o engañan para recibir beneficios sin contribuir) plantean un serio problema para el mantenimiento de los intercambios recíprocos. Si además este engaño se realiza de forma sutil (cuando una de las partes trata disimuladamente de dar menos que la otra), se plantea un problema importante para las relaciones recíprocas y altruistas en las situaciones de división del trabajo que caracterizan a las sociedades humanas complejas. La forma de evitar estas trampas sutiles es seleccionar para nuestros intercambios a personas que se comporten de forma altruista, independientemente de sus propios beneficios y costos. Así que disponer de mecanismos cognitivos para detectar a personas altruistas supone una ventaja evolutiva.

Indicios no verbales de altruismo

Darwin ya propuso la hipótesis en 1871 de que una personalidad egoísta debería de poder ser detectada a traves de su comunicación no verbal. Pero ¿en qué indicios no verbales nos fijamos para determinar si una persona desconocida es o no altruista? Un artículo de 2003 (2) detectó principalmente 4 indicadores involuntarios en personas altruistas:

  • Aparición de una sonrisa verdadera (sonrisa Duchenne).
  • Arrugas de preocupación en la expresión facial: Muy pocas personas pueden activar de forma voluntaria el músculo corrugador superciliar (parte interna del arco de las cejas) para mostrar preocupación. Este gesto denota interés por los problemas o circunstancias de los demás.
  • La duración de la sonrisa. Ekman y Friesen ya demostraron en 1982 que las sonrisas genuinas tienen una duración mucho más breve que las sonrisas falsas.
  • La simetría de la sonrisa. Las sonrisas de las personas altruistas eran, con muchísima diferencia, más simétricas que las de las no altruistas. Algunos estudios indican que una sonrisa forzada es menos intensa en la parte izquierda del rostro. Y, a la vez, inconscientemente confiamos más en una persona con una sonrisa simétrica. Este efecto se cumple incluso cuando observamos un dibujo o una caricatura, por ejemplo, en anuncios publicitarios.

Además, aparecieron varios indicadores no verbales realizados de forma voluntaria por los desconocidos más valorados como altruistas:

  • Movimientos y elevación de las cejas
  • Inclinaciones de la cabeza
  • Sonrisas amplias, no amortiguadas.

Qué aspectos influyen en la detección del tramposo

Para averiguar cómo detectamos a una persona altruista, los investigadores japoneses utilizaron tres variaciones de lo que llamaron el juego de la confianza. En este juego, una persona desconocida dispone de una cantidad de dinero, que tiene que repartir con el participante del experimento, aunque decidiendo qué parte del bote se queda cada uno. El participante, por su parte, tiene que elegir entre aceptar la cantidad que decida darle el desconocido (elección de la confianza), o bien quedarse con una cantidad fija de dinero (elección segura), que es menos que la mitad del bote.

Así, si el participante cree que el desconocido es genuinamente altruista y por tanto repartirá el bote de forma equitativa, aceptará la cantidad que le quiera dar. De lo contrario, se quedará con la elección segura. Si aceptamos la cantidad del desconocido y ésta es razonablemente positiva (al menos la mitad del bote), o si preferimos la elección segura (porque creemos que el desconocido actuará de mala fe) y efectivamente nos hubiera ofrecido una porción muy pequeña del bote, se considera un acierto en nuestra detección del altruismo.

La primera variación del juego consistía en tomar la decisión de confiar o no en situaciones de carga cognitiva. Es decir, mientras estaban realizando a la vez otra tarea, un cálculo matemático que les suponía cierto esfuerzo intelectual. Se comprobó que la detección del altruismo no se ve afectada por la carga cognitiva, lo que sugiere que la detección del altruismo es rápida y no supone un esfuerzo.

En la segunda variación, se dividió a los participantes entre los que tenían un estado de ánimo positivo y los que tenían un estado de ánimo negativo. Las personas con un estado de ánimo negativo eran más reacias a confiar en los desconocidos que aparecían en los vídeos.

En la tercera variación del juego, se investigaron las señales faciales en las que los participantes se fijaban para detectar a los altruistas. Los participantes no fueron capaces de distinguir entre altruistas y tramposos cuando se ocultaba la mitad superior de la cara del objetivo. Esto sugiere que existen señales de juicio alrededor de los ojos. Esto es coherente con las investigaciones que hablaban de la sonrisa Duchenne (que produce “patas de gallo”) o de las arrugas de preocupación (en la parte interior de las cejas). También, con el hecho de que es más fácil simular emociones en la parte inferior de la cara que en la parte superior.

Conclusión

  • Somos capaces de identificar con bastante precisión si una persona es o no altruista, y por tanto, si es o no tramposa. Cuando alguien te da “mala espina”, o tienes “la mosca detrás de la oreja”, en realidad estás «identificando» a esa persona como no altruista o tramposa. Además, esa identificación la hacemos muy rápidamente y no nos supone ningún esfuerzo.
  • Cuando sientes tristeza, enfado o desánimo tiendes a desconfiar más de los demás.
  • La parte superior del rostro nos da más información sobre las verdaderas intenciones de nuestro interlocutor que la parte inferior.

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(1) Oda, R., Tainaka, T., Morishima, K. et al. How to Detect Altruists: Experiments Using a Zero-Acquaintance Video Presentation Paradigm. J Nonverbal Behav (2021). https://doi.org/10.1007/s10919-020-00352-0

(2) Brown, W.M., Palameta, B., Moore C. Are there Nonverbal Cues to Commitment? An Exploratory Study Using the Zero-Acquaintance Video Presentation Paradigm. Evolutionary Psychology (2003). https://doi.org/10.1177/147470490300100104