En Espejo Público, de Antena 3, hemos analizado algunas de las últimas intervenciones del presidente de Rusia, Vladimir Putin, lo que nos ha permitido descifrar su perfil de personalidad.
DECLARACIÓN DE GUERRA A UCRANIA
Durante la declaración de guerra a Ucrania, podemos ver una voluntad de exhibir control de la situación pero comunicación no verbal incongruente con ese control.
Paralización:
Vemos que Putin adopta una postura expansiva pero permanece inmóvil.
Por otro lado, mantiene las manos ancladas sobre la mesa, con una notable ausencia de gestos ilustradores del discurso, que aparecen solo cuando amenaza la OTAN. Esto puede deberse a un intento de controlar la situación o los nervios, pero también puede ser por falta de confianza en el discurso.
Expresión facial:
Durante el vídeo, vemos que presenta, en algunos momentos una expresión facial compatible con la ira y el rechazo.
Voluntad de escenificar la amenaza a la OTAN
Vemos un cambio respecto al resto de la comparecencia: señala a cámara con un índice y luego con el otro (ilustrador deíctico) a los espectadores, a la OTAN, a quien corresponda, … y amenaza verbalmente. Y antes de eso, da unos pequeños golpecitos en la mesa (ilustrador rítmico) para enfatizar el mensaje hablado. Además, expresión facial de ira.
La incongruencia viene cuando, justo antes, vemos elevación vertical de hombros y cambio postural en la silla. Esto no es muy congruente con la firmeza que pretende mostrar.
Además, volvemos a ver elevación vertical de hombros, al mencionar las consecuencias que tendrá quien se enfrente a él.
RUEDA DE PRENSA TRAS LA REUNIÓN CON MACRON
En esta escena, queda patente cómo Putin minimiza el peligro, los riesgos. Tiene una conducta temeraria, típica de su perfil de personalidad. Observamos una elevación vertical de hombros, cuando menciona la asimetría en el potencial armamentístico de la OTAN y de Rusia, y luego hace el equivalente a la elevación vertical de hombros en expresión facial (es una expresión sutil, la hace inconscientemente, sin querer. Se trata un emblema facial).
HUMILLACIÓN A SU JEFE DE INTELIGENCIAS
Esta conducta encaja perfectamente en su perfil de personalidad: disfruta humillando, arrinconando e infundiendo miedo a los demás. En su narcisismo, considera que está en posesión de la verdad única y no admite posturas discrepantes o matices. Vemos claramente cómo Putin tiene una agresividad controlada.
Putin hace preguntas dirigidas, con respuestas dicotómicas, sin tiempo para responder: no hay una voluntad de conocer la opinión del interlocutor, sino de arrinconarlo como en un ring.
Cuando su jefe de inteligencia trata de responder, vemos un tamborileo de los dedos sobre la mesa, elevación cejas, descenso párpados superiores, labios apretados, que son signos de impaciencia, de superioridad, soberbia y de incredulidad (ya la tiene la respuesta correcta en su cabeza).