Partiendo de que se trata de un trastorno del neurodesarrollo sus principales síntomas son el déficit de atención, la impulsividad o la hiperactividad.
Siendo en niños mas frecuente que en adultos y más en varones que en mujeres.
Aunque ya de por sí estamos ante un trastorno complejo que afecta a la vida de que quienes lo padecen y de quienes les rodean, vemos cómo uno de los aspectos más importantes es la dificultad para establecer relaciones con iguales o con adultos. Dicho de otra manera, no saben cómo relacionarse con otros. Y no sólo en el colegio con sus compañeros porque se puede extender al ámbito familiar incluso.
Esta dificultad les acarrea unas consecuencias como una baja autoestima y hasta una percepción de baja autoeficacia en sus acciones. Hay que añadir que pueden presentar depresión, trastorno bipolar y distima. Incluso hay estudios que estiman que un 20% de los afectados presentan dificultades específicas del aprendizaje.
A lo largo de la investigación de este trastorno siempre se ha priorizado el rendimiento escolar. ¿Y el terreno de las emociones? Pocos estudios se han hecho. Pero los que hay hasta la fecha aportan mucha información a este campo.
Estos niños tienen importantes dificultades para reconocer y comprender la información afectiva que les rodea. El reconocimiento de las expresiones faciales ayuda al entendimiento de los sentimientos, intenciones, acciones de los otros y también ayuda para dar una respuesta adecuada a la situación social que vive.
Interpretar, entender y responder de forma adecuada a las emociones de otros es clave para formar, para establecer relaciones sociales.
Entonces, ¿cómo pueden estos niños establecer relaciones si no saben interpretar las expresiones faciales?
Sabemos hasta ahora que las habilidades sociales se pueden entrenar. Pero con estos trastornos trabajar estas habilidades en dinámicas grupales puede llevar a consecuencias negativas. Un ejemplo serían los cambios en las actitudes sobre la conducta antisocial. ¿Qué pueden hacer si no pueden trabajarse con otros iguales?
Pues para responder a esta pregunta se presenta la realidad virtual. Los investigadores tras varios estudios han visto como a través de la realidad virtual, hay creado espacios para trabajar y desarrollar las habilidades sociales controlando y previniendo posibles consecuencias negativas.
Este campo, está en pleno desarrollo. Se usa para la rehabilitación de la atención, o también para el estudio de las interacciones y relaciones sociales. De esta forma, los niños con trastorno de déficit de atención podrán entrenar para reconocer la expresión facial de otros, entender las emociones correctas y dar una respuesta adecuada a la situación.