Decimos que tenemos una actitud de acercamiento cuando buscamos resultados positivos en una relación interpersonal (como el éxito, el crecimiento o la intimidad), y actitud de evitación cuando lo que buscamos evitar es resultados no deseados (como el rechazo o la decepción).
Por ejemplo, en una reunión social, mostraríamos actitud de acercamiento cuando nos mostramos en disposición de conversar con personas desconocidas, con la esperanza de conseguir un beneficio (nuevas amistades, una relación romántica, nuevas oportunidades profesionales…).
Si, por el contrario, en esa misma reunión social nos encontráramos a disgusto por cualquier motivo (no nos gusta la gente que se encuentra allí, descubrimos que nos hemos manchado la ropa y no queremos que se den cuenta, o bien tenemos demasiada timidez como para interactuar con desconocidos…), mostraremos actitudes de evitación.
Estas actitudes de aproximación o de evitación están relacionadas con nuestra comunicación no verbal. Cuando tenemos una actitud de acercamiento, tendemos a mostrar más patrones de conducta con implicaciones positivas (como asentir con la cabeza, sonreír…) y menos patrones de conducta con implicaciones negativas (negar con la cabeza, cruzar los brazos…). Cuando tenemos una actitud de alejamiento, sucede al contrario.
Además, cada persona es diferente en la forma de buscar el éxito o evitar las amenazas en sus relaciones personales. Las actitudes de acercamiento y evitación son motivaciones independientes y simultáneas, que cada cual adopta en distinto grado. Y, por otro lado, dos personas diferentes pueden realizar una misma acción, como por ejemplo, acabar un informe importante fuera del horario laboral, con actitud de aproximación (para conseguir un ascenso, la aprobación de sus superiores, una nueva venta o un bonus a final de año), o de evitación (para evitar una bronca o el despido, o para no perder el bonus a final de año).
Las actitudes de acercamiento parecen caracterizarse por una mayor expectativa y conciencia de recompensa, lo que, a su vez, fomenta resultados positivos en las relaciones. Los individuos que muestran preferentemente estas actitudes suelen sentir más satisfacción con sus eventos y vínculos sociales.
Los conflictos de pareja
Cualquier discusión o conflicto con nuestra pareja sentimental suele suponer un torbellino de emociones de gran intensidad. Tanto es así, que estos conflictos de pareja han sido muy estudiados por la Psicología en todos sus ámbitos, entre ellos el ámbito de la comunicación no verbal.
Imaginemos a una persona que, como la mayoría, busca vivir en una relación íntima satisfactoria y que funcione. Para lograr este objetivo, esta persona puede intentar crear experiencias positivas con su pareja, como aumentar la intimidad y la cercanía (actitudes de acercamiento). Sin embargo, también podría querer intentar evitar (actitudes de evitación) experiencias negativas que amenacen su relación, como evitar discusiones o conflictos, o actuar por miedo a la pérdida de interés de su pareja. Aunque puede haber situaciones específicas en que sería adecuado buscar la evitación (por ejemplo, cancelar una cena romántica si la pareja no se encuentra bien o está enferma), la mayoría de los estudios señalan que es beneficioso centrarse en las actitudes de acercamiento, y perjudicial centrarse en las de alejamiento.
Aunque se sabe que estas actitudes pueden predecir el resultado general de una relación (por ejemplo, la satisfacción en la relación, o la estabilidad), aún no se conocen bien qué procesos se encuentran en la base de estos efectos, aunque parece claro que las actitudes de aproximación o de alejamiento están vinculadas a diferentes formas de comunicación cuando las parejas discuten sobre eventos positivos o negativos en su relación. Por ejemplo, las personas que muestran más actitudes de alejamiento que de acercamiento son menos propensas a mostrar una disminución de la comunicación no verbal negativa al discutir con su pareja, haciendo menos probable lograr una resolución del conflicto favorable a la relación.
La investigación de Bernecker y Ghassemi
Las investigadoras Katharina Bernecker y Mirjam Ghassemi, de la Universidad de Zurich, publicaron un estudio en 2019 (1) que analizaba de qué manera la estabilidad de una relación está relacionada con la comunicación no verbal de ambas partes. Para ello, realizaron un conjunto de pruebas con 365 parejas estables de entre 20 y 80 años. Una de estas pruebas consistía en que conversaran (discutieran) acerca de algún tema que resultara ser fuente recurrente de conflictos en las pareja (problemas de comunicación, los hijos, las finanzas, el sexo, hábitos molestos…), y analizaron su comunicación no verbal durante la discusión.
Para poder hacer este análisis, codificaron como indicadores de implicación positiva los siguientes indicadores:
- Asentir con la cabeza mientras se escucha.
- Posición del torso orientado a la pareja.
- Sonreír.
- Reír.
- Parte superior del cuerpo inclinado hacia la pareja.
- Contacto físico (tocar a la pareja) durante la conversación.
También codificaron un conjunto de indicadores de retraimiento evitativo:
- Girar la cabeza hacia un lado, en posición perpendicular a la pareja.
- Negar con la cabeza mientras se escucha
- Cruzar los brazos
Los resultados que obtuvieron fueron que, en las parejas que discuten:
- Las personas con actitudes de aproximación muestran más indicadores de implicación positiva. Las personas con actitudes de evitación muestran menos indicadores de implicación positiva.
- Las personas con actitudes de evitación muestan más indicadores de retraimiento evitativo. Las personas con actitudes de aproximación muestran menos indicadores de retraimiento evitativo.
- Las mujeres (pero no los hombres) se adaptaban a la gestualidad positiva de su pareja (tendían a igualar los indicadores no verbales de implicación positiva) si ésta tenía una actitud de aproximación. Sin embargo, no se producía esta adaptación de la gestualidad si la actitud de la pareja era de evitación. En el caso de los hombres, este efecto no es significativo.
- La comunicación no verbal en la discusión viene más determinada por la actitud predominante (de aproximación o de evitación) que por la satisfacción que cada miembro de la pareja siente en la relación. Aparecen más indicadores de implicación positiva cuando existe una mayor satisfacción de la relación. Los indicadores de retraimiento evitativo no están relacionados con una mayor o menor satisfacción. De modo que las actitudes de aproximación o evitación no aparecen como reflejo de la calidad de la relación. Aunque sí que es posible que las personas en relaciones infelices tengan expectativas negativas sobre las futuras interacciones con su pareja, y esta negatividad se exprese en más actitudes de evitación («quiero evitar el conflicto con mi pareja»).
La conclusión parece una obviedad, pero no por ello deja de presentar algunos matices muy interesantes: Una persona que tiende a presentar actitudes de aproximación, muestra más implicación positiva y menos retraimiento evitativo de forma no verbal cuando interactúa con su pareja. Por el contrario, la persona que presenta más actitudes evitativas, se retrae más y se implica menos positivamente en las discusiones.
Esto parece indicar que los motivos, los objetivos y los temores de una persona influyen en la forma en que expresa sus emociones y, del mismo modo, actúan como un filtro por el que interpreta la forma en que su pareja expresa sus emociones.
Aunque la investigación estudió solo un caso muy específico de relaciones personales (parejas estables adultas, y suizas, lo cual según las investigadoras podría añadir cierto sesgo cultural «evitativo»), a falta de futuras investigaciones que añadan más complejidad a los resultados (¿sucedería lo mismo en relaciones padres-hijos, jefes-empleados, compañeros de trabajo, cliente-proveedor…?), parece bastante factible extrapolar estos resultados a cualquier tipo de situaciones. Tratar de alterar de forma consciente nuestra comunicación no verbal para obtener mejores resultados al relacionarnos con otras personas tiene límites y peligros (como por ejemplo mostrar a los demás una imagen manifiestamente incoherente o falsa). Pero una alternativa viable es reflexionar sobre cuáles son las actitudes que nos mueven con más frecuencia, si son de aproximación o de evitación, potenciar las primeras, y modificar o eliminar las últimas.
Si quieres aprender más sobre Comunicación No Verbal, síguenos y recuerda que está abierta la matrícula para la 7a edición de nuestro MÁSTER EN COMUNICACIÓN NO VERBAL Y HABILIDADES DIRECTIVAS, TÍTULO PROPIO DE LA UNIVERSIDAD EUROPEA MIGUEL DE CERVANTES.
Próxima edición: octubre de 2022 (60 créditos ECTS, 1500 horas, 100% online, con profesorado nacional e internacional de reconocido prestigio).
(1) Bernecker et al. Approach and avoidance relationship goals and couples’ nonverbal communication during conflict. European Journal of Social Psychology (2019). https://doi.org/10.1002/ejsp.2379