La detección de mentiras en la entrevista policial

La entrevista policial, es un punto clave, de máxima importancia para una investigación. Porque la mayor prioridad es la obtención de información. ¿Es culpable? ¿Ha visto más de lo que nos dice? 

Y es en la entrevista, donde se obtiene información sobre los pensamientos, los sentimientos o incluso de las intenciones por parte del entrevistado (testigo, víctima o incluso victimario).  Pero, ¿y si la persona entrevistada está mintiendo?

Tratar de detectar la mentira, es muy importante para la policía. 

Tienen que saber diferenciar entre declaraciones en las que el sujeto en cuestión está diciendo la verdad, y declaraciones donde el sujeto está mintiendo (en la vida real es más complicado que como se nos muestran en las películas y series).

Se han llevado a cabo numerosos estudios para comprobar la capacidad de los policías para juzgar la veracidad de una serie de declaraciones. Todo únicamente a partir de sus creencias y su intuición, como herramientas a emplear. 

En estos estudios, se comparaba su capacidad para ver la credibilidad o falsedad de las declaraciones, con la capacidad de personas que en su trabajo diario, no tienen que detectar falsedad en personas (gente de a pie, con un oficio “normal”). 

Y curiosamente el resultado, es que los policías no muestran ninguna superioridad en los resultados de acierto en la detección de declaraciones falsas. Así es normal que nos preguntemos, ¿cómo es posible que los policías tengan tan baja precisión en la detección de mentiras? ¿No están preparados y formados para ello? ¿No poseen buena formación?

Bueno, pues para responder a esta incógnita Vrij (2004), nos da diez razones por las que la precisión de los profesionales es muy limitada: 

  • Ausencia de indicadores absolutos de la mentira: no hay ningún indicio verbal o no verbal, que se relacione con la mentira en cualquier persona y situación. 
  • Diferencias muy sutiles al mentir vs. al decir la verdad: esas diferencias son muy difíciles de percibir.
  • Toma de decisiones de manera heurística: está toma de decisiones puede llevar a decisiones incorrectas. Se da la tendencia a tomas las declaraciones como verdaderas. 
  • Adherencia a reglas conversacionales que dificultan la detección: si una persona a la que están hablando estaría mirando otras partes del cuerpo en lugar de los ojos de quien habla, produciría malestar en el emisor. 
  • Confianza en indicios no diagnósticos: la investigación indica que en aquello en lo que los policías basan sus juicios, realmente carece de valor para la detección de mentiras.
  • Atención a canales poco reveladores: en una declaración se focaliza mas la atención en lo no verbal que a lo verbal (Masip y Garrido, 2000; Zuckerman et al., 1981). 
  • Desestimación de las diferencias interindividuales de los declarantes: lo que Ekman (1992) acuñó como “error de idiosincrasia” o “riesgo de Brokaw”,   distingue que no tener en cuenta la idiosincrasia de una persona en la comunicación puede juzgar a un individuo culpable en inocente o viceversa. 
  • Desestimación de la influencia de factores situacionales: cada persona tiene un comportamiento diferente en distintas situaciones. Lo mismo, que una persona al declarar, no lo hará igual la primera vez que la octava.
  • Desestimación de las diferencias interindividuales de los detectores: es decir, no todos son igual de buenos detectando mentiras. Como en todos los oficios, les habrá mejores y peores. 
  • Empleo de técnicas de entrevista e interrogatorio inadecuadas:  esta última razón plantea que los métodos que los policías emplean no sean los más adecuados para detectar falsedad, sino que pueden favorecer la introducción de sesgos que conduzcan a juicios erróneos. 

¿Necesitan un mejor entrenamiento o formación para la detección de mentiras? 

Este sería un planteamiento de lo más normal, el pensar que a mejor o más entrenamiento los policías serían más eficaces. Pues bien, tal y como recogen Meissner y Kassin (2002) el entrenamiento no aumenta el nivel de precisión en cuanto a la detección de mentiras. Es más, los policías son más proclives a hacer juicios de mentira.  

¿Qué se puede hacer para mejor su predicción?

A día de hoy, existen varias propuestas como, que los propios policías elaboren juicios de veracidad y no se dejen influenciar por su intuición (que sean mas imparciales y no se dejen llevar). 

Que pidan al declarante, la descripción de los hechos en orden cronológico inverso (si les cuesta elaborar una mentira más, contarla por el final). Y una de las cosas mas importantes, es que se tenga en cuenta no sólo la influencia de la situación sobre la conducta, sino que además sea considerada la influencia de la personalidad (como hemos comentado unas líneas más arriba). 

Las líneas de investigación actuales, son esperanzadoras en lo que ayudar a distinguir verdad y mentira para los policías se refiere,  según investigadores como Hernán Alonso, Jaume Masip y Eugenio Garrido, autores de “La capacidad de los policías para detectar mentiras”. 

Trabajo en el que se examina la investigación empírica internacional sobre la capacidad de los policías para diferenciar entre verdades y mentiras, y del que se ha extraído información para la elaboración de este artículo. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *