La mayoría de nosotros, tenemos claras las grandes conductas machistas. Sin embargo, seguimos teniendo, hombres y mujeres, muy interiorizados los micromachimos. Los micromachismo son pequeños gestos, actitudes, comentarios y prejuicios que se manifiestan en lo cotidiano contribuyendo a la inequidad y colocando a la mujer en una posición inferior al hombre en ámbitos sociales, laborales, jurídicos y familiares. Son comportamientos discriminatorios hacia la mujer, que por su carácter cotidiano están tan naturalizados en una cultura, que en la mayoría de las veces pasan desapercibidos tanto para mujeres como para hombres. Cada vez debemos tener más consciencia del machismo que esconde muchas veces nuestra comunicación, tanto la de los hombres como la de las propias mujeres.
Algunas de las conductas micromachistas que se trasladan a través de nuestra comunicación son:
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Mansplaining:
Eres hombre y por eso a los mujeres nos lo tienes que explicar más despacio y con palabras más sencillas o con diminutivos. Otra versión sería que cuando habla una mujer, tú lo vuelves a decir con otras palabras, porque para ti, ella no lo explica lo suficientemente bien.
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Valorar más lo que dice el hombre que lo dice la mujer:
Tanto si eres hombre como si eres mujer, le das más valor a lo que dice un hombre que a lo que dice una mujer.
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Asumes por defecto que el que decide en la pareja es el hombre:
Por eso, al hablar a una pareja, por ejemplo, para venderles algo, te enfocas en él.
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Utilizas expresiones de denotan un rol de géneros antiguo y desfasado:
Por ejemplo, trabajas en un call center o eres comercial a puerta fría y preguntas por «la señora de la casa”Otra versión es que le dices que lo consulte con su marido.
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Eres el único hombre en una reunión pero asumes el liderazgo por defecto, porque lo integras como parte del rol masculino
Eres mujer en esa reunión y lo consientes e incluso alientas.
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Otra versión de valorar más lo que dicen los hombres que lo que dicen las mujeres: interrumpirlas a ellas pero no a ellos