La importancia de coger a los bebés en brazos

Éste es un bonito artículo sobre la háptica, el canal del tacto, en relación a la polémica sobre si hay o no que coger a los bebés en brazos. Pincha sobre la foto para leer el artículo en el blog del Diario Información de Alicante

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El sentido del tacto es el que más se extiende por todo nuestro cuerpo. Y, sin embargo, es uno de los sentidos a los que menos importancia se da. Numerosísimos estudios han revelado a lo largo de los años que el poder del tacto es fundamental en todas las etapas de la vida. Pero si hay una en la que es de especial importancia, es en los primeros años de vida, y, muy especialmente, durante los primeros meses.

A fecha de hoy se sabe que, gracias al contacto táctil con la madre y el padre o, en su defecto, con la persona que cuide al bebé afectivamente, los pequeños se desarrollan adecuadamente, tanto a nivel físico como cognitivo y afectivo. Un inadecuado contacto físico conlleva déficits de desarrollo en los pequeños.

De hecho, en los años 20 del siglo pasado, casi el 100% de los lactantes de los orfanatos de Estados Unidos moría antes de cumplir un año. Hubo un doctor, el Dr. Talbot, que introdujo los conceptos de «ternura y cariño» en los ciudados de los bebés. Durante la Primera Guerra Mundial, había visitado un orfanato en Alemania, y allí se había fijado en una anciana que se paseaba de un lado a otro siempre con un bebé en la cadera. Los responsables de ese orfanato le explicaron que, cuando la medicina ya había hecho todo lo posible, acudían a la vieja Anna, que conseguía recuperar a los bebés.

En realidad, lo que la vieja Anna hacía era abrazar a los niños. Aquello que entonces se veía como una especie de milagro, no era más que algo tan biológico como que cuando abrazamos a alguien, se produce una serie de cambios físicos y hormonales en esa persona. Y los bebés los necesitan para poder no sólo crecer y desarrollarse adecuadamente, sino incluso para sobrevivir.

Hoy en día, hay cada vez más pediatras que aconsejan la crianza con apego, el no dejar llorar a los niños sin cogerlos,… Esto que os acabo de contar apoya este concepto.

Pero, además, hay otro motivo importante por el que debemos coger a nuestros bebés sin limitaciones. Cuando nacemos, tenemos dos miedos innatos: el miedo a los ruidos fuertes y el miedo a caernos. Los demás miedos parece ser que los vamos adquiriendo según vamos creciendo y socializándonos.

Cuando un bebé nace, viene de estar totalmente sostenido en el útero materno. Se cree por tanto que, al nacer, el bebé tiene ese miedo a caerse. Como dice el Dr. Montagu, gran estudioso del tacto, «apartar al recién nacido de su madre y emplazarlo de espaldas o de frente en una superficie plana, a menudo sin cubrir, es no entender la gran necesidad que tiene el bebé de sentirse abrazado, sostenido, mecido y cubierto por todos los lados, y que sólo gradualmente se le puede introducir en un mundo de espacios más abiertos».

Por último, no tengáis miedo a que los bebés se hagan dependientes o malcriados por cogerlos mucho en brazos. Hay varios estudios que demuestran que no hay ninguna relación entre coger más o menos a los bebés y la dependencia de los padres. Pero sí que hay una relación demostrada entre coger a los bebés y que estos desarrollen una mayor capacidad para confiar en los demás, una mayor habilidad de comunicación así como una mayor seguridad en sí mismos. Así que coged a vuestro bebé en brazos.

 

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